Padre, me acerco a ti y mis pasos son torpes y pequeños.
Padre, me avergüenzo de mis faltas y me apeno de mis escasos logros.
Padre, sin más me acerco a ti. Con una manos vacías...con unas manos llenas de esperanza.
Dicen que llegar a tu presencia es muy difícil.
Dicen, que mirarte a los ojos es imposible. Dicen, que una carne de hombre no puede soportar presentarse ante ti sin dejar volar primero a su alma.
Dicen, padre, ¡tantas cosas!, que me alejan de ti. Pero..., olvidan el secreto más grande. Ignoran la verdad más suprema: No saben que soy solo tu hija. La pequeña que tus manos crearon. La inocente que tus ojos quisieron besar. Padre a ti voy. O, mejor, tu vas conmigo. No podía ser de otro modo. No para un padre. PARA DIOS QUE ES MI PADRE.
-isabeldelasbenditasalmasdelpurgatorio-
No hay comentarios:
Publicar un comentario