
Quisiera ser un gato. Dormir 16 horas y levantarme agil, erguido, dinamico y lleno de vida. Lamerme el pelage y salir corriendo a cazar ratones.
Soy una mujer que se tumba 16 horas en una cama que parece hecha de escarcha, ahora fria, ahora volcan abrasada, ya dura de piedra cubierta de suaves y dulces sabanas.
Dormir es un verbo que conjugo a veces, otras me lo salto sin mas, y las menos de las veces me lacera el corazon con tormentos de traviesas pesadillas que no conducen a nada.
Me desperezo. Miento, jamas me desperezo, simplemente me giro hacia un lado y muevo mi pesado cuerpo hasta vertical aparezco sobre las baldosas hermosas de mi habitacion.
El camino hacia el baño es lento, una piensa: me lavo, me paso agua con un paño, me baño completa, o me miro al espejo y volviendo mi cara regreso cansada a mis baldosas bioen feas que llevan ahora a mi habitacion.
Cazar, comer, buscar alimento, encontrar las ganas de hacerlo es una diatriba que ni Platon quisiera descifrar si tuviera como yo Fibromialgia.
Esa es la unica verdad que hoy siento.
Mi gato esta viejo, mi gato esta enfermo, mi gato se deshace y rehace constantemente hundido y fundido en una enfermedad oscura que unos llaman NO TIENES NADA y otros llamamos FIBROMIALGIA.
Me voy a la cama, cuando llegue el yogourt estara caducado.

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